lunes, 7 de junio de 2010

Bandera

Escudo

Población

La población de Nueva Zelanda, según estimaciones para 2008, era de 4.154.311 habitantes, lo que representa una densidad de población de 16 habitantes/km², de los que casi tres cuartas partes de la población total viven en la isla del Norte. Aunque la economía de Nueva Zelanda todavía depende de forma acusada del sector agrícola, alrededor del 86% de la población se concentra en las ciudades; algo menos de la mitad de la población vive en las cuatro ciudades más grandes y sus aledaños. En la actualidad, al igual que en el pasado, la isla del Norte reúne a la inmensa mayoría de maoríes (el 95% según el censo de 1991), en especial en la zona de Auckland y sus alrededores, además del cabo Este o Aotearoa, considerado cuna cultural y lingüística de los maoríes. Con una población en 2005 de 370.100 habitantes, Wellington es la capital comercial y política de Nueva Zelanda, y eje interinsular de comunicaciones y transporte costero. Auckland, con 404.658 habitantes, es la ciudad más grande del país y el principal centro industrial, además de ser la que mayor población de origen polinesio (no sólo maorí) engloba de toda Nueva Zelanda. Otros importantes centros urbanos son: Christchurch (367.800 habitantes), la mayor ciudad de la isla del Sur y segunda área industrial de Nueva Zelanda, además de núcleo fundamental de la producción de cereales; Hamilton (185.100 habitantes), centro de ganado lechero en la isla del Norte, y, por último, Dunedin (114.800 habitantes), centro lanar y aurífero en la parte meridional de la isla del Sur.

Clima

El clima en Nueva Zelanda, sin considerar las distantes islas menores, es básicamente templado fresco a templado cálido; variando de un modo notable según la latitud y la altitud: el suroeste, muy influido por las corrientes frías procedentes de la Antártida y poseedor de las mayores altitudes medias, es una zona templada-fría en donde se encuentran importantes glaciares. Por contrapartida, el extremo norte presenta flora subtropical. El sector occidental, al poseer cordilleras, es más elevado y húmedo que el sector oriental. Las temperaturas medias están entre los 8°C en la Isla del Sur y los 16 °C en la Isla del Norte.3 Enero y febrero son los meses más cálidos mientras que julio es el más frío. Nueva Zelanda no tiene un gran rango de temperaturas aunque el tiempo puede cambiar repentinamente. Se pueden apreciar condiciones subtropicales en Northland (el extremo norte de la Isla del Norte). La mayor parte de las áreas del país tienen entre 600 y 1.600 mm de precipitaciones con la mayor cantidad de las lluvias a lo largo de la costa occidental de la Isla del Sur y la menor en la costa oriental de la misma, básicamente en las Llanuras de Canterbury. Christchurch es la ciudad más seca recibiendo unos 640 mm de lluvia al año, mientras que Auckland es la más húmeda, con casi el doble. El índice UV en Nueva Zelanda puede ser muy alto en algunos lugares y extremo en los momentos más cálidos del año en el norte de la Isla del Norte. Esto se debe en parte a la relativamente baja contaminación del aire en el país, comparado con muchos otros países. Existen tres factores principales que influyen en el clima de Nueva Zelanda:
• Su ubicación latitudinal donde prevalecen los vientos del oeste.
• Su ambiente oceánico.
Las montañas, especialmente los Alpes del Sur.

Mapa Climático

Mapa de Nueva Zelanda

Tradición y costumbres

A diferencia de los australianos, que por diversas razones han ido perdiendo las tradiciones de la madre patria, los neozelandeses han modificado muy poco sus costumbres de ingleses trasplantados al hemisferio austral. Asimismo, a principios del siglo XX, se produjo un notable fenómeno de urbanización, se formaron muchas ciudades de tamaño mediano, pobladas por unos miles de habitantes, en las que la vida se centraba sobre una calle principal con grandes almacenes. Caracteres menos provincianos tienen las cuatro ciudades con funciones de polos regionales de ambas islas. Desde el punto de vista del urbanismo son semejantes a las ciudades europeas, sobre todo inglesas, con un centro directivo y comercial, formado por palacios de estilos diversos que albergan bancos, oficinas, comercios y salas de cine, en torno al cual se extienden los barrios residenciales, compuestos con frecuencia por casas de madera, cubiertas por planchas onduladas, y delante al pequeño jardín, repartidas por calles tranquilas y arboladas, donde la familia encuentra su intimidad.

Política

Nueva Zelanda es una democracia parlamentaria independiente. El país es oficialmente una monarquía constitucional, cuyo el jefe de estado titular es la Reina Isabel II, representada por la Gobernadora General, actualmente Silvia Cartwright. Históricamente, Nueva Zelanda siguió el sistema «Westminster» británico de gobierno parlamentario, pero ya no hay una cámara alta desde la abolición del Consejo Legislativo, un cuerpo no elegido, en 1951. El Parlamento está ahora compuesto únicamente por la Cámara de los Representantes, formada por 120 miembros elegidos por un sistema de representación proporcional desde 1996. En este sistema hay 65 miembros que representan distritos electorales, de los que cinco se reservan para la población maorí, y el resto se seleccionan de listas de candidatos de los partidos, para obtener un resultado proporcional. Una consecuencia del nuevo sistema es que los partidos mayoritarios necesitan ahora el apoyo de los partidos minoritarios para formar los gobiernos de coalición. De esa Cámara es seleccionado un gabinete ejecutivo de 20 miembros, que es dirigido por la actual Primera Ministra, Helen Clark, del Partido Laborista, de centro-izquierda. Actualmente, cinco otros partidos tienen representación en la Cámara, del cual el Partido Nacional, de centro-derecha, es la oposición oficial.

Religión

El 60 % de la población es cristiana. Dentro de ésta, los cultos más importantes son el anglicano, presbiteriano, católico romano y metodista. La cultura maorí era politeísta antes de la llegada de los europeos. Una de sus principales características era el tapu (sagrado y/o prohibido), que era utilizado para mantener la condición de jefes y tohunga (sacerdotes) y para la conservación de recursos. Algunos de los primeros colonos europeos en Nueva Zelanda eran misioneros cristianos, en su mayoría de la Iglesia Anglicana, y también de otras ramas protestantes y de la Iglesia católica. Desde el año 1830 en adelante, un gran número de maoríes fueron cristianizados, y durante todo el siglo XIX una serie de movimientos maoríes combinaron creencias tradicionales con el cristianismo, como por ejemplo Pai Marire, Ringatu, y en los primeros del siglo XX, Ratana. Normalmente se centraron en un profeta-líder. Estas iglesias aún siguen atrayendo fieles, ya que según el censo de 2006, 50.565 personas son creyentes ratana, y otro 16.419 son ringatu. Un total de 1.689 personas declararon seguir la religión maorí. La mayoría de los neozelandeses se consideran cristianos, principalmente anglicanos (25%), presbiterianos (16%) y católicos (15%). También tiene una destacada presencia entre la población la Iglesia metodista y otras iglesias evangélicas. La mayor parte de los maoríes son miembros de las iglesias cristianas de Ringatu y Ratana. Hay pequeñas minorías de judíos, hindúes y confucianos. Alrededor del 18% de la población no profesa ninguna creencia religiosa.

Actividad Económica

Actividades primarias

Como actividades primarias se agrupan caza, pesca, agricultura, pastoreo, ganadería y silvicultura. Estas actividades van desde modos de producción primitiva que se practican todavía en sociedades subdesarrolladas o pobres de África, Asia y América Latina, hasta formas de producción avanzadas que aplican herramientas perfeccionadas; por ejemplo, la agricultura mecanizada del noroeste de Europa o la ganadería vacuna de los Países Bajos, la faja maicera de Estados Unidos, importante en el plano mundial por su gran rendimiento en términos económicos, y las pesquerías de Japón, Francia, Inglaterra o Noruega, explotadas con alta tecnología. Las actividades primarias no pierden su carácter por el hecho de usar tecnología avanzada o por ser mecanizada, ya que finalmente dependen de su relación directa con el elemento natural (suelo, clima, agua, relieve, etc.)

Actividades secundarias

Las actividades secundarias son las relativas a la industria, tanto ligera como pesada. La primera produce bienes de uso y consumo, como alimentos procesados, ropa o línea blanca, refrigeradores, estufas, etc. Comprende entre otras las industrias alimentaria, textil y farmacéutica. La industria pesada o de equipo fabrica los bienes de producción, es decir, la maquinaria que a su vez produce bienes de consumo. Pertenecen a este ramo las industrias metalúrgicas, del acero, química y del cemento. Las característica primordial de las industrias es la transformación de la materia prima mediante procesos más o menos complejos. Entre otras actividades se cuenta la minería, porque los minerales extraídos pasan por diversos procesos de transformación que los someten a tratamiento diferenciales para su utilización en la industria.. Uno de los indicadores del grado de desarrollo de los países es un producción industrial

Actividades terciarias

A las actividades terciarias, que comprenden los servicios, los transportes, y el comercio, corresponde la cúspide de la pirámide. Estas actividades mantienen una relación muy estrecha, aunque cada una tiene características propias. Así, el nivel de desarrollo de cualquiera trasciende a las demás. En efecto, el avance de los transportes propicia un mercado más ágil y fluido, con áreas de expansión cada vez más amplias. Al mismo tiempo, un comercio dinámico amplía el mercado interno y externo y posibilita el intercambio de productos diversificados, lo que requiere de más y mejor transporte. Asimismo, los servicios están presentes en gran medida en la organización de estas actividades, de ahí que un mayor avance de las ciencias y la tecnología genera un mejor transporte que fomenta un comercio más dinámico. Pero esta mejora de los transportes y la ampliación del comercio traen como efecto indirecto un desarrollo desigual y combinado. No es raro observar que pueblos de escaso desarrollo y pobres combinan etapas de evolución anteriores con las más modernas .Un ejemplo de ello es el uso de utensilios de la edad de piedra en algunas comunidades rurales de América Latina, que coexiste con las antenas parabólicas o con el consumo de alimentos procesados característicos de las sociedades industriales y modernas.